domingo, 8 de abril de 2012
Mateo 28:1 - 10
Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro.
Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del
cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos. Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras;
porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado.No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y
he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os
lo he dicho. Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron
corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las
nuevas a los discípulos, he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: !!Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.
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