lunes, 18 de febrero de 2013

NO HAY TIEMPO QUE PERDER!!!


Dios me dio la oportunidad de estar en una Iglesia en Lima a la que asisten más de dos mil personas.  Fue una gran experiencia ver el trabajo y que se hace en esa Iglesia, pero tengo un triste recuerdo de aquella congregación.  

Recuerdo que el día en que yo estuve allí, el pastor pidió a los hermanos que regresaran en la tarde para salir a evangelizar.  Yo pensé: “vendrá una gran cantidad de hermanos.”  Cuando llegó la hora en que nos reuniríamos, mi triste sorpresa es que no había más de treinta hermanos.

Este es un fenómeno muy común en nuestras Iglesias, no solamente pasa en Lima, sino que sucede en muchas Iglesias Evangélicas. Pero ¿Por qué sucede esto?

Para responder esto veamos la segunda actitud de Pablo frente al evangelio: “pronto estoy.”

En el versículo 15 de Romanos 1, Pablo afirma que está pronto a anunciar el evangelio, que no hay tiempo que perder.

Me pregunto, ¿Cuál hubiese sido la reacción de Pablo si hubiera estado en aquella Iglesia, o en cualquier otra? ¿Qué hubiese dicho?  No puedo concebir un Pablo tranquilo a la hora de compartir el evangelio.  Me imagino a Pablo, poniéndose en pie en medio de la congregación y diciendo: “pastor, no perdamos tiempo, vamos ahora mismo a las plazas, parques, de puerta en puerta, no hay tiempo que perder, si esperamos puede ser muy tarde” 

Esa es la actitud que nos falta hoy en día.  Cuando escuchamos que hay que evangelizar, generalmente ponemos excusas, decimos que no hemos estado en un curso de evangelismo explosivo, que ese es el día en que descansamos y por lo tanto no podemos ir, que debemos atender a la familia, u otras cosas similares a estas.

Ya basta de excusas.  Dios desea que estemos prontos a anunciar el mensaje de salvación a las personas.  ¿Lo estamos?

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